No me pidas que no llore,
no coartes mi libertad
no me digas aquello que deben
hacer mis ojos
aquello que deben sentir.
y si se calzan las botas de la ternura
a escondidas del enojo
y miran de frente a esta soledad
que solo a mi me pertenece,
no me importará que la humanidad
vea en el caudal de mis lágrimas
debilidad o cobardía
tan solo son agua salada
dejando hendiduras,
heridas en carne viva que escuecen
allá donde casi nadie sabe mirar
formando rosarios
con el agua de cristal
que de rodillas reza
sobre las pestañas de mi dolor,
ese dolor
que a nadie quiero que importe,
ni del que quiero nadie sea consciente,
que nadie quiero conozca
porque solo a mi me pertenece
igual que a mi me corresponde
recoger su guante blanco de espinas
con el que me reta y que
que arrastro en pago
a una oscura condena
ensartandome con sus esquirlas espinadas
apuntalando mi alma
eligiéndome con sus alfileres de amargura para atravesarme,
tocandome con su ojo de huracán
para engullirme
Maestra de vestir tus versos de aquello que se te antoja.. besitos mil. Felices fiestas.
ResponderEliminarQuerida amiga, ojala fuese maestra de algo, solo soy una aprendiz que tiene en su interior cientos de sentimientos, con mil matices unas veces vestidos de cristal y otros forgados de hierro.Besos.
EliminarSoy consciente. Si se te impuso una condena, ya has pagado, y con intereses. Me gustaría sacarte una sonrisa.
ResponderEliminarMi querido "Hacedor de sonrisas" Kike, eres de esos que me las saca, creéme y el dibujo que hace en mi boca es el boceto de un instante completo de felicidad.
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