Sueños, amor y reflexiones de Yolanda Bueno

jueves, 21 de enero de 2016

EL PERRO DE LA HORTELANA

Hay quien lleva puestas unas argollas insertadas en la piel de la espalda del corazon
y las cuerdas que pasan atraves de ellas formando la cadena de un corsé,
no son sino las correas sado de la mano ama que las tensa, segun el animo,
suspendiendolas en el aire, infligiendo un dolor con el que disfruta,
mientras la piel de este organo se estira como si fuese un chicle.
Atara, las manos con grilletes de palabras,
al dosel de la cama de la esperanza de su sumiso,
disfrutando despacio y sin prisa de la prontitud
con que cada orden es acatada impolutamente,
sientiendo escalofrios de placer que la excitan, sabiendo, que si le silba,
acudirá no ya como el perro fiel que es, sino como el perro de carrera entrenado,
para llegar a la meta de atender, los caprichos sexuales de su ama,
con tal de sentirse por unos momentos, el centro de su atención,
aun a sabiendas que le restregara por la cara con una sonrisa sarcastisca,
pellizcandole el puto alma,
que él, no es el único, que él, no es suficiente para ella, tan solo a ratos,
y mientras los latigazos de sus besos van abriendo morados en la carne,
de una autoestima perdida, dentro del sexo de ella,
las caricias a diez uñas de esta, aprietan sus nalgas,
jaleandole a seguir el fugaz, aunque pasional ritmo de su deseo,
arrastrandolo una y otra vez hacia sus oceanos salados e incendiados,
sabiendo que las embestidas de ternura, con las que él la penetra, 
                          no cesaran con los espasmos de su propio orgasmo,
La autoestima, si no te sienta como un guante, estas en la piel del corsé equivocado sino, con los de ella, y mientras la oye gemir, esconde su nariz en la alborotada melena, llenandose de los sonidos de sus olores, completando los bolsillos del vaquero de todo cuanto ella significa para él con las manos del cuerpo de ella, sintiendo una mentira como verdad, sabiendo que cuando cesen los suspiros en la boca de ella lo echara del paraiso de la cama de su presente para arrojarlo al suelo del infierno de su olvido sin ningun tipo de remordimiento.


Pobre perro que siente como le come la sarna de saberla cada noche entregandose al poeta de turno en el garito de turno, sintiendose un numero más en su lista de admiradores, 
agarrandose las pulgas que lo devoran  con los dientes de unas lágrimas
                                 donde naufragan sus latidos
sintiendo los huesos del corazón rebañados por las burdas frases que le dedica la legion de seguidores intentando seducirla en ese territorio donde tantos la buscan, donde tantos la pretenden, donde no es que para ella seas un numero más,
más bien es que tú, te has doblegado a ser uno más, 
y donde ella ha hecho de la felicidad, un mito.

                                     Pero ay del pobre perro si siquiera con la intención de tomarse la libertad 
                                                           del que su ama dice, es dueño, se le ocurre, por asomo,
                           querer ser el Quijote de otra dama.
                                                                                                                       Apaleará sus arapientos huesos
                                                                                         y hara sonar el silbido del latigo psicologico
                                                                                                                    con el que lo tiene sometido
                                                                               contra el suelo del famelico cuerpo de su corazón
                                                                                                                 del que se siente reina y señora.


Abofeteara con los puños de sus palabras
cualquier dedicatoria de cariño hacia el animal
de cualquier hembra por la que vea amenazada
su territorialidad para con él
y este bajando las orejas y con el rabo entre las piernas
masticará la cobardia que lo debora
mientras muere de hambre,
a los pies, de quien ni come, ni deja comer.
Mi corazón de cuero, sigue manteniendo la mirada desafiante

Esa es la realidad del pobre perro a simple vista pero a mi, que me dan más miedo los masoquistas, que las sado, pero a mí, que me da más miedo la cobardia que la soberbia,

le grito, al perro cobarde

que más vale ser un saco de pulgas con un culo que no esta en venta
que querer estar abocado a querer a quien le inflige dolor
con la osadia de la soberbia que tiene el egoismo,

 le grito, al perro masoquista,

 que recibir placer del dolor no es amor, ni sexo del que se degusta, que cada uno nos pertenecemos solo a nosotros mismos, y que si te han de matar, que lo hagan a besos y a caricias, esclusivamente creados para tus ojos, para tu boca, para tu nariz, para tus piernas, para tu vientre, para tu sexo,



sacudete lo que pudo haber sido, fue, pero ya no es, y sientete libre de atarte a tu autoestima, porque solo asi, lograras que si han de amarte, lo hagan.

Escrito por Yolanda Bueno Melado el 01/01/16

2 comentarios:

  1. Bravo, Yolanda. Una composición magistral. Inspiradísima de principio a fin.

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  2. Siempre he dicho, que la realidad supera cualquier ficción, la imaginación de las palabras se encarga del resto..Gracias Eva, tu comentario es halagador.

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